Llega el verano, el calor y, también, ese momento del año en que no sabemos muy bien qué hacer con todos los trastos que no necesitaremos durante los próximos meses. Mantas, nórdicos, chaquetas, botas de agua, uniformes de la escuela … los armarios están llenos a rebosar y parece que lo que se ha de guardar se multiplica por momentos, ¿verdad? Pues hay una solución muy sencilla, y es contratar un trastero, algo todavía no tan habitual aquí como lo es en otros países, pero que cada vez interesa a más personas.
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